Un sueño que se convirtió en pesadilla
El New South China Mall se encuentra en Dongguan, una de las ciudades industriales más grandes de China. Este monumental centro comercial, que se inauguró a un costo de 1.300 millones de dólares, fue diseñado para albergar más de 2.000 tiendas de lujo. Sin embargo, su apertura en 2005 resultó ser un gran fracaso, ya que durante más de una década, el 99% del espacio estaba prácticamente vacío. La intención inicial de atraer a marcas de lujo no concordó con la capacidad adquisitiva de los habitantes de la zona, lo que llevó al mall a convertirse en un vasto espacio desolado.
La falta de planificación y la ubicación
Uno de los factores que contribuyó al fracaso del New South China Mall fue su ubicación en las afueras de Dongguan, lo que dificultaba su acceso. La escasez de tiendas adecuadas, sumada a la toma de decisiones erróneas en la planificación del proyecto, llevó a que solo cadenas de comida rápida y cines pudieran sobrevivir en un espacio tan grande. Esto convirtió el centro comercial en una especie de laberinto desierto, con las tiendas de lujo que habían sido soñadas por sus creadores nunca llegando a abrir.
Un nuevo comienzo
A pesar de esta historia desalentadora, Hu Guirong, el fundador del mall, no se dio por vencido. En un esfuerzo por revitalizar el complejo, vendió una participación mayoritaria del mismo a Founder Group, parte de la Universidad de Pekín. Adoptando un enfoque más realista, la nueva dirección decidió que la clave para el éxito reside en atraer a la clase media en lugar de concentrarse en los consumidores adinerados.
Estrategias de revitalización
Se implementaron cambios significativos en el mall para hacerlo más atractivo para el público general. Se limpiaron los canales, se añadieron espacios verdes y se mejoró la iluminación. Además, se creó un parque marítimo que permitió a las familias disfrutar de un ambiente más agradable. Estas transformaciones contribuyeron a que la ocupación del centro comercial aumentara notablemente, alcanzando un 91% en 2020.
Un centro comercial reinventado
En lugar de ser un espacio frío y vacío, el New South China Mall se ha convertido en un lugar donde la clase media puede disfrutar de una experiencia de compra y entretenimiento. Este cambio de enfoque no solo salvó al mall, sino que también proporcionó a la población local un lugar donde pasar tiempo con sus familias y experimentar un ambiente más amigable. Desde su renacimiento, el mall ha comenzado a albergar una variedad de tiendas más accesibles, permitiendo que más personas puedan disfrutar del espacio.
Reflexionando sobre el legado del New South China Mall
La historia del New South China Mall es un ejemplo fascinante de cómo un fracaso rotundo puede transformarse en una historia de éxito. Nos muestra la importancia de adaptarse a las necesidades del público y reconsiderar estrategias en función del contexto local. Aunque ya no es el centro comercial más grande del mundo, su capacidad para reinventarse lo ha salvado de convertirse en otro edificio abandonado.